lunes, 26 de enero de 2015

EXPERTO EN METEDURAS

LAS COSAS DE MI AMIGO MANUÉ


Chascarrillos

I

¡Güeno picha! te ví'a a contá lo que le sucedió a mi vecino Malospelos cuando andaba de novio con Manoli, la que ahora es su mujé.  Y es quer tio  ese tiene una facilidá enorme en meté… ¡en meté la pata!, porque lo que es en otras meteuras, anda de continuo, rememorando los tiempos aquéllos próximos al “si quiero”.
Que fíjate tú por dónde, una vé que “si quieres”, no metes ná más que la pata, y casi siempre hasta el corvejón, como dicen en mi pueblo.
Unos días antes de firmá el parte de defunción como experto en meteuras, le llamó por teléfono la madre que la parió, -porque aunque no lo creas, a ella (a la que en aquélla época era su novia) a esa, la parió una madre- y le dijo que fuera a su casa, que tenía que ultimá con él, la lista de invitaos y demá jarandazas propias del tan emotivo evento que se avecinaba.
La mu joia, ya le recibió en la puerta de entrada, con meno ropa que la que se está bañando, le zampó dos besos en los cachetes, y sin dá marcha atrá, se le quedó mirando a los ojos, y de un tirón le dijo: que él siempre le había parecio un hombre mu atractivo, que qué suerte tenía su hija, que dentro de tres días ya sería un hombre casao, y que antes de que eso ocurriera, quería darle un revolcón de esos de escándalo.
A continuación se fué pa su dormitorio, pisando el suelo como una gata en una noche de luna llena, y al llegá a la puerta se volvió y le dijo…

¡Malospelos!
¡ya sabes donde está la puerta de salida, si lo que quieres es marcharte!.

Se quedó allí tieso der tó, má tieso que`r bigote d`un Guardia Civí, durante por lo meno tres minutos, después salio corriendo escaleras pa`bajo como alma que lleva el demonio.

Cuando llegó casi sin aliento al coche, se apoyó sobre el capó y  vió al padre que la hizo, -porque aunque no te  crea picha, a ella (a la que en aquélla época era su novia) a esa la hizo un padre. 

Se acercó a él y le suerta er tío joio con cara de satisfacción: que lo que ellos querían es que su hija de sus entretelas, se casara con el hombre apropiao, que se les había ocurrio esta pequeña prueba y que por supuesto él, la había superao con matricula de honó.
Le echó el brazo por el hombro y despué le abrazó sin que pudiera reaccioná. 
Malospelos estaba má temblón que un gato recién salio de una alberca.
Ese día, fué la primera vé antes del “si quiero” que Malospelos pudo meté la pata, güeno la pata y argo má, porque si en vé de tené los condones en er coche, los llega a llevá encima... la meteura hubiera sio de órdago.

C. Abril C.

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